Fe espíritu y poesía

Fe espíritu y poesía

Fe, espíritu y poesía

Mientras haya un misterio para el hombre, habrá poesía (Gustavo Adolfo Bécquer)

Uno, que hace un año o dos aún veía el futuro solo en el espacio europeo occidental, hoy, por contra, empieza a llegar a vislumbrarlo allí donde lamentaba profundamente su total inexistencia: lugar de su nacimiento. De hecho, es una de las conclusiones a las que se ha llegado tras un análisis personal realizado, en clave contrastiva y paulatinamente, a lo largo del tiempo -unas tres décadas- por alguien que, en su trayectoria vital y profesional, ha atravesado varios espacios muy distintos entre sí desde el punto de vista cultural logrando observar, de esta manera, los cambios ocurridos en los tipos de sociedad que ha ido conociendo.

De alguna forma, la mayoría de mis escritos de manera inevitable enfocan la realidad -o lo que entendemos por ella- bajo la perspectiva del contraste entre lo que había sido otrora su lugar de nacimiento y aquello que encontró después en otros espacios a los que se trasladó en una especie de periplo en el tiempo. Porque talmente es, un periplo en el tiempo, esto es siempre con regreso al punto de partida, iniciado en la Moldavia soviética, pasando por la Rumanía tras el derrumbe de la barrera que separaba el mundo democrático occidental del arrinconado espacio comunista, y arribando, cual un velero llevado por la terca corriente, al actual puerto europeo. Y lo que acuso con mayor empeño es, entre otras cosas, la dilución gradual, hasta quedar casi en nada, de la candidez poética de la frágil alma humana con la consecuente transformación de la misma en un microchip de dispositivo puramente mecánico.

fe espíritu y poesía Encuentro con gente de mi pueblo

Además, y como profesor, vengo observando la desaparición de la inocencia en niños y adolescentes a edades cada vez más tempranas, sustituida por una especie de sazón prematura de invernáculo y consumida, esta a su turno, a una velocidad tremenda como si se estuviera viviendo constantemente bajo amenaza de que la vida pudiera llegar a su fin mañana mismo. Y hay muy pocos padres y muy pocas madres que intenten, de alguna manera, poner freno a este vértigo destructivo que anega a sus hijos e hijas porque con toda seguridad ya ni ellos son capaces de notarlo.

Bandera de Moldavia Soviética
Bandera de Moldavia Soviética

El verano pasado fui invitado a un encuentro con gente de mi pueblo propuesto por Raia, la bibliotecaria de la escuela y organizado por ella y por adolescentes interesados en el evento. Colaboró asimismo mi madre, trayendo alguna información.

Llevando por título ” Lugar donde nací”, la reunión tenía como tema principal poesía, espíritu y fe. Muchachas del pueblo, alumnas de la escuela, leyeron en voz alta poemas míos, cantamos canciones líricas de autores moldavos y rumanos. Pero sobre todo hablamos del presente y del futuro.

A pesar del calor -más de cuarenta a la sombra-, la cita congregó a un público de varias edades, desde muy infantil hasta la más avanzada, tocada de venerables canas y apoyada en el bastón. Solamente muchachas y mujeres, lo que induce a uno a pensar que la sensibilidad y curiosidad femeninas son muy vivas y se gastan menos con el paso del tiempo. El interés de las muchachas por leer poesía -pero también por escribirla-, me hizo reflexionar mucho puesto que empiezo a echar en falta semejante pasión, en estado tan puro y sincero, en el ámbito escolar donde desempeño mi actividad docente en Bucarest. Fe, espíritu y poesía han sido expulsados fuera de la sociedad, preocupada sobremanera últimamente,  y de un modo totalmente desorganizado,  por el lado meramente material de la existencia humana.  Además, las reformas educativas actuales no parecen lograr detener este declive, nivelando la enseñanza de acuerdo con un itinerario común y muy superfluo en el aprendizaje,  preocupado ese último muy poco por el desarrollo de las aptitudes individuales. Al contrario de cómo se debiera proceder, se podan los vástagos sanos, bellos y sobresalientes favoreciendo, muchas veces, lo vulgar y colectivamente aceptado.

Fe, espíritu y poesía son ridiculizados como inútiles, infantiles e inservibles para las necesidades del hombre de hoy, cínico en su actitud hacia el mundo que lo rodea, centrado principalmente en sus intereses puramente egoístas y frívolo en extremo en sus relaciones con los demás.

Andrei tocando la flauta
Andrei tocando la flauta

Sin embargo, algunos síntomas de deterioro han llegado también a la sociedad moldava debido precisamente a las reformas en la enseñanza. Una de estas reformas consistió en cerrar las escuelas de los pueblos, fundamentando tal decisión en la insuficiencia de niños y sellando de manera definitiva la sentencia a muerte  de la aldea, el núcleo demográfico y cultural de Moldova. Esta medida, no solamente ciega sino también cruel, afectó drásticamente la fibra esencial de mi pueblo: la fe y esperanza en el futuro.

fe espíritu y poesía ensayando a tocar y cantar Colinde/Villancicos
Ensayando a tocar y cantar Colinde/Villancisos

A finales de diciembre de 2024, la víspera de la Navidad -que en Moldova sigue celebrándose según el rito ordodoxo antiguo-, fui invitado a otro encuentro literario donde dos muchachas, Cătălina y Andreea, leyeron sus creaciones. Cătălina es la ganadora de un concurso literario de poesía con una contemplación en verso del mundo que la rodea. Una visión propia, acorde a su edad pero cargada de una especie de entusiasmo comedido y reflexivo. Andreea, por su parte, desplegó ante la audiencia un microensayo sobre el desengaño en el amor dirigido a una entidad universal más allá del yo pero vinculado a él con lazos de acero. Y mientras las estaba escuchando, de manera espontánea y posiblemente fuera de una mera explicación únicamente mecanicista, me vino a la memoria la rima de Gustavo Adolfo Bécquer “Siempre habrá poesía”:

No digáis que, agotado su tesoro,

de asuntos falta, enmudeció la lira;

podrá no haber poetas; pero siempre

habrá poesía.

Mientras la ciencia a descubrir no alcance

las fuentes de la vida,

y en el mar o en el cielo haya un abismo

que al cálculo resista,

mientras la humanidad siempre avanzando

no sepa a dó camina,

mientras haya un misterio para el hombre,

¡habrá poesía!

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