București Iași

București Iași
București Iași Estación de Autobuses de 
Iași
București Iași Estación de Autobuses de
Iași

Estamos a 2 de julio de 2023. Tomo el tren nocturno desde Bucarest para regresar de nuevo a mi tierra natal, la República de Moldova. A pesar de que difícilmente logro conciliar el sueño en esas circunstancias, prefiero coger coche cama para viajar en posición horizontal.

Los viajes por vía férrea en Rumanía hoy son más lentos que en los tiempos comunistas cuando el estado vigilaba rigurosamente las inversiones. Un solo fallo en el trabajo cortaba carreras y echaba de sus puestos de mando a los directivos. Los propios empleados de la compañía alegan que la causa principal es la fuga del capital hacia un sector ferroviario privado que no invierte en modernizar una infraestructura heredada y construida por otros. Solo compra trenes occidentales de segunda mano que reemplazan a los públicos y los saca fuera de los rieles. Así es que unas distancias de varios centenares de kilómetros se recorren en horas y horas de camino sin fin. Surgen, sin embargo, a lo largo del viaje detalles graciosos que ayudan a apaciguar de alguna manera nuestra impaciencia. Si la vida es breve, según dicen, ¿por qué no moderar un poco, pues, nuestra marcha hacia adelante?
Estación de Autobuses de Iași, con bloques de apartamentos al fondo
Estación de Autobuses de Iași, con bloques de apartamentos al fondo

Esta vez me acompaña una señora mayor, frisando en los ochenta, que bien llevados se confiesan pronto y sin ningún complejo. Sufre las dolencias propias -dice- de su edad, dolores de espalda, de rodillas etcétera. Sin embargo, y a pesar de todo, manifiesta en todo momento una buena disposición personal.

No deja de hablar relatando sin cesar pormenores de su vida. El marido murió de cáncer, el hijo, bombero de cierto rango, que participó en la extinción de los fuegos devastadores en Grecia, pone poco tino en el manejo de sus ingresos y siempre sale perdiendo al proponerse hacer arreglos en su confort cotidiano. Por eso debe ayudarle de vez en cuando con dinero de su escasa pensión. Fue profesora y no tenía ningún inconveniente en escarmentar a coscorrones a los más vagos y caraduras. Remata al final que sin disciplina en el aula la educación no es posible.

București Iași Una calle de Iași, con el pavimiento en muy buen estado y una iglesia al fondo
București Iași Una calle de Iași. El pavimiento está en muy buen estado, hay una iglesia al fondo

Le ayudo a acomodar la cama. Durante la noche se nos unió otro viajero. Creo que conseguí dormir un poco. El balanceo del tren, que algunos perciben como un ligero vaivén de la cuna, a uno le deja reposar solo al encontrarse muy cansado. Afortunadamente esta noche lo estoy; la noche anterior acompañé al aeropuerto a mi hijo, que viajaba a Eslovenia.  

Un tranvía pintado de Iași
Un tranvía pintado de Iași. La municipalidad cuida mucho el ferrocarril tranviario

A las cinco y cuarto de la madrugada estamos en Iași, la capital de la Moldova rumana que no hay que confundir con la República de Moldova, estado independiente y una de las quince repúblicas integrantes de la desaparecida Unión Soviética.

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.