A los rusos se les apretó mucho durante décadas -ellos afirman, no sin cierta razón teniedo en cuenta la infinita avidez de riquezas de Occidente, que durante siglos- y piensan que ahora ha llegado el momento de romper el círculo.

Por cierto, romper el círculo es la frase que Putin pronuncia a menudo.

Apretándolos sin cesar se consigue, con mucho éxito, hacerlos comprometerse todavía más en asuntos conflictivos con la opción muy clara de apretar el gatillo en unos tiempos cuando se habla tanto, y a nivel global, de que hemos de ser solamente buenos.

Y los rusos optaron por ser abiertamente malos. Esto es lo que más les conviene porque pueden actuar en consecuencia, rompiendo líneas para alcanzar sus objetivos. Y no les importa que, debido a tal conducta, su imagen se deteriore. No sufren por ello.

Europa lucha de espaldas a un enemigo que te mira de frente y tiene paciencia. Resume esa actitud, fatalmente, una sola frase: por mí y por aquel muchacho que, según el contexto, podría significar también si no llego yo, llegarás tú.

En la guerra contra los ferocísimos chechenos algunos soldados rusos sacrificaban, sin problemas, su vida detonando cargas explosivas delante de blindados con tal de detener su marcha y ayudar a los suyos. Recibían, después de la muerte, la Estrella de Héroe de Rusia. Un orgullo para el muchacho y su familia.

Y, claro, este es un detalle cultural difícil de comprender para los ciudadanos occidentales.

En cuanto a la guerra chechena, esta vino a ser un buen ejercicio bélico que ahora se está aprovechando. O sea que el estancamiento prolongado en Ucrania ofrece una buena ocasión de entrenar el ejército, de producir armamento, probarlo y despiés fijar nuevas metas para otros muchachos que vienen detrás.

Prisa solo tienen los europeos y, en parte, por culpa de esa prisa se ha echado a perder una ofensiva ucraniana

Los rusos no tienen prisa. Otro rasgo de su carácter nacido del espacio inmenso que poseen donde para llegar al punto final de un recorrido hay que armarse de mucha paciencia. Prisa solo tienen los europeos. Y en parte por culpa de esa prisa se ha echado a perder una ofensiva ucraniana, siendo sacrificados muchos hombres jóvenes y mayores, entre ellos también muchos rumanos de los territorios históricamente pertenecientes a Rumanía que Ucrania heredó de la URSS.

Europa ha luchado de espaldas contra el enemigo. Ha sacrificado un pueblo, el ucraniano, en aras de su turbio objetivo. Ha mentido vendiéndolo todo como una victoria fácil y ahora pretende que Ucrania no se rinda. Más aún, declara efusivamente estar dispuesta a recibir a Ucrania y Moldova en su seno.

¿Y entonces qué es lo que propones?, me preguntan.

Primero fortalecer las fronteras seguras de la OTAN. Segundo, no hacer ofertas insostenibles. Moldova, con Transnistria y Găgăuzia en su composición, es una zona inestable políticamente -y hasta podría serlo militarmente-, y Ucrania está sufriendo una agresión militar en la actualidad.

Rusia hasta ahora ha logrado romper círculo tras círculo creando espacios de conflicto imposibles de integrar en otras uniones que no sean las de la Rusia de Vladímir Vladimirovichi Putin.

Por ende, lo que debería hacer Europa es fortalecer el círculo que ya tiene y solo después prometer algo.