Tecnología y espacio

Si en Occidente todo se transforma, en Rusia permanece. Y donde hay demasiado orgullo, no queda ya lugar para el pragmatismo. Influye muchísimo también el espacio. Si en Europa la construcción de un trozo de camino termina en un año, en Rusia no acaba en diez. Los rusos no se dan prisa porque no ven ese fin del camino, porque para cubrir distancias largas habría que medir el esfuerzo y vale la pena comenzar solo si estás seguro de que lo vas a concluir.

Llegan tarde porque empiezan tarde y empiezan tarde porque no ven ningun motivo que justifique las prisas. Cuando en Europa ya se aburren de algo, en Rusia apenas se desperezan. En Voronej han empezado, no hace mucho, a fabricar mozzarella y alaban su calidad de tal manera que hasta parece un invento genuinamente local. El médico -siempre hay un especialista en medicina autorizado a acompañar las crónicas periodísticas que tratan de alimentación-, comenta que el consumo diario de mozzarella ayuda a bajar la tensión arterial y suaviza las migrañas. ¡Y tan satisfecho!

En su particular Silicon Valley, (IT Park) urbanización en las afueras de la ciudad de Kazán y centro que acoge el ir hacia adelante en el área de la alta tecnología donde solo residen y trabajan programadores, ingenieros informáticos, es decir profesionales relacionados con el mundo de las ciencias, se dedican, entre otras cosas, a inventar toda clase de robots y algunos se emplean en el ámbito de los servicios como camareros o repartidores de pizza. El repartidor de pizza del informe televisado se atascó en la nieve mientras traía el encargo y tuvo que ser auxiliado por otro robot enviado desde un centro de mando a distancia. Los dos ingenios técnicos bloqueados tuvieron que ser rescatados, al final, por el propio comentarista del material.

El artilugio electrónico que hacía de camarero se detuvo de espaldas al cliente que se vio obligado a levantarse de la silla para tomar su café. El reportero solucionó el embarazo con un comentario gracioso muy difícil de suponer, por cierto, en los tiempos de antes, lo que demuestra que la democracia, en el país de Vladímir Putin, ha logrado avanzar ganando, pese al régimen, un poco de terreno más firme.

Las inversiones en  la industria militar, siempre muy cuantiosas y perjudicadoras con respecto a las necesidades vitales de los ciudadanos comunes, a duras penas han llegado a desarrollar algunas tecnologías fiables para la economía de consumo: sus helicópteros pesados, por poner un ejemplo, diseñados y ensamblados en una instalación industrial de la misma ciudad de Kazán, capaces de transportar grandes cargas cubriendo largas distancias funcionan con éxito en condiciones del extremo frío del Polo Norte.

Y ahora me pregunto ¿para qué le haría falta a Rusia más territorios si tan lenta y difícilmente gestiona los que ya posee? ¿Y cómo se propone reconstruir las zonas de esa Ucrania devastada y deshabitada de una población apta para trabajar? ¿Repoblándolas otra vez con rusos? Ya lo han hecho en todas las repúblicas soviéticas que, sin excepción alguna, salieron del bloque soviético, al descomponerse la URSS, completamente derrotadas económicamente.