Brutalidad y ensañamiento

Brutalidad y ensañamiento

Brutalidad y ensañamiento Lavrov busca aliados africanos
Sergue Lavrov buscando aliados africanos

Sencillamente asistimos a un reparto ferocísimo del planeta. Se actúa contra reloj. Serguei Lavrov, el ministro de asuntos exteriores ruso, cabalga por el África buscando socios fiables y estables; los americanos hacen otro tanto por todas partes del mundo sembrándolo de bases militares. Los chinos se mantienen a la espera para cebarse con el perdedor. Erdoğan y Orban, líderes autoritarios locales, intentan medir la fuerza de sus puñecillos con los puños de Goliat, pero probablemente acabarán siendo castigados duramente.

Austin Lloyd en las Filipinas
Austin Lloyd en las Filipinas

Zelenski pugna con ahínco, y como un energúmeno, por implicar en un conflicto, por ahora regional, un número cada vez mayor de países. Su último aviso -escribo esto a 11 de febrero de 2023- según el cual los cohetes rusos habrían cruzado el espacio aéreo rumano, fue desmentido por el Ministerio de Defensa de Rumanía. Maia Sandu, la presidenta moldava, vino a confirmar otra advertencia de Zelenski sobre las actividades subversivas rusas en Moldova. Sin embargo, un presidente no necesita confirmar las palabras de otro presidente, sino hablar en nombre propio.

En una región del tamaño de dos comunidades autónomas españolas se ha concentrado un conflicto de nivel planetario y en paralelo se desarrolla un hurto de tamaño global de pueblos enteros.

En región pequeña, un conflicto de nivel planetario
En una región pequeña, un conflicto de nivel planetario

La población se ha subido con alegría a ese carro, participando de la euforia belicista de unos políticos totalmente irresponsables apoyando activamente a aquellos que desean llevarnos a la hecatombe. La parte rusa de internet rebosa de llamadas e incitaciones a la violencia: ¡hazle esto, rómpele aquello, sácale, arráncale eso otro!, ¡ya va siendo hora de enseñar a Occidente quiénes somos! Desde la televisión no paran de caer amenazas abiertas y sin ambages: ¡Teniendo bombas nucleares, nos quedamos cruzados de brazos! ¡A qué esperamos!

En el otro lado, el occidental, el odio se disfraza de amor por Ucrania, un país que hace tan solo un año era perfectamente desconocido por la gran mayoría de aquellos que ahora lo aman ciegamente.

Las escasas voces más o menos razonables que se escuchan son anegadas por la gran masa que llama a la guerra, según ellos, justa. Por tanto, te ves obligado a optar, no por la paz, no por la razón sino por uno de estos bandos de perturbados, tanto da políticos que ciudadanos de a pie, que lo han envenenado todo de brutalidad y ensañamiento gratuitos.

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