
Odiar o amar
Durante una clase, en el instituto donde soy profesor, mientras estábamos practicando países y nacionalidades, un crío del tercer curso -unos 9 años, más o menos- al leer Rusia y rusos se volvió rápidamente hacia sus compañeros y compañeras e hizo el gesto conocido a nivel mundial de que a esos no hay que aceptar bajo ningún concepto.
Otro tanto ocurrió con un grupo de los del noveno. Una muchacha insinuó una actitud de rechazo al tropezar con rusos en la página del libro y uno, casi sin darse cuenta, mencionó a Ucrania y también a ucranianos; la expresión de su rostro enseguida cambió y se tornó en sonrisa de aceptación.
Intentas explicarte, claro, la aparición, en niños y adolescentes de otros países, de sentimientos tan violentos de amor o de odio hacia unos pueblos que hace tan solo algunos meses desconocían o conocían muy poco. Será porque la única información que llega a sus cerebros se la proporciona una estrechísima franja de ese vastísimo enternet, información que conocen solo a través de la pantalla de sus pequeños teléfonos móviles. Una franja minúscula pero maliciosa, malévola y sumamante contaminante, alimentada por adultos malos, tendenciosos e irresponsables, ocupados últimamente en difundir esos sentimientos a toda costa y por todos los medios a su alcance: redes sociales, prensa y televisión que para ello emplea a periodistas y los paga, o sencillamente en conversaciones.
El ámbito escolar ha de quedar obligatoriamente apartado de la política, donde propagarla con el objetivo de atraer adeptos de ideologias partidistas está prohibido, pero es que estos alumnos llegan al aula ya muy adoctridados desde antes por todas estas tendenciosas cabezas pensantes mencionadas anteriormente.
Semblantes descompuestos miran desde rectángulos luminosos a niños, niñas y adolescentes y les indican a quién hay que amar y a quién hay que odiar. Todo un ejército de adultos monstruosos, hombres y mujeres por igual, maleducados y crueles la mayoría, que ocultan pasados oscuros algunos y que han saltado a la política, frustrados y llenos de rencores a causa de sus propios fracasos causados por ruines ambiciones, mentirosos que camuflan sus verdaderas intenciones con mensajes mesiánicos. Toda esa tropa de mayores feos y faltos de escrúpulos se dedican a manipular descaradamente las percepciones de nuestros hijos e hijas echando a perder todo nuestro esfuerzo como maestros de educar en ellos buenos principios.
Cierto!!!
Pero aún intentando explicarles qué es lo que sucede hoy por hoy en el mundo, sus cabecitas no alcanzan a comprender por qué tanta maldad. Ni retrocediendo 500 años pueden entenderlo.
Eso ya pasó hace mucho tiempo!! me dice a mí mi sobrino ( por poner un ejemplo de un crío de 10 años)
Una tierra que debería estar bien compartida por los 8000 millones de personas que vivimos en ella y mira cómo estamos…. muchos piensan así, y no sólo jóvenes.
A veces pienso que nos iría genial si más de 1 mandatario se fuera a barrer la luna…..
Cierto. No solamente estorban, sino que hacen muchísimo daño.