Alexei Navalny estaba preparado

Alexei Navalny estaba preparado

Alexei Navalny, que estaba preparado para gobernar, ahora mismo es un vencido.

Europa envió a Moscú a Josep Borrell para negociar la liberación de Alexei Navalny. Borrell alabó de paso la vacuna rusa Sputnik V, ridiculizada por Navalny que veía en la urgencia de su aparición el afán personal de Putin por ser el primero en descubrirla. Desafortunadamente el halago del funcionario europeo resultó ineficaz contra el caparazón del Ministro ruso de Asuntos Exteriores Serguey Lavrov; mantener a Navalny encerrado era mucho más importante para el Kremlin que un elogio a la medicina rusa a pesar de la pandemia a nivel global.

A diferencia de Maia Sandu y Svetlana Tikhanovskaia, el opositor ruso Alexei Navalny, estaba preparado para gobernar. O, al menos, eso sugería su manera de actuar. Militó como político independiente y creó el Fondo de Lucha contra la Corrupción (ФБК). Dicho fondo recaudaba dinero a través de donaciones que se empleaban para pagar su propio sueldo, los salarios de los colaboradores que pertenecían a todas las categorías profesionales -una base amplia, en teoría, para formar un ejecutivo competente en caso de ganar las elecciones-, y también para cubrir las múltiples multas, que recibía su equipo casi a diario como resultado de las investigaciones que realizaba, así como los gastos de los pleitos que abrían en su contra aquellos que se consideraban perjudicados por sus revelaciones.

El fondo servía además como plataforma de política alternativa, tenía alrededor de 40 centros de mando por toda Rusia y, lo más importante, disponía de un sistema de voto inteligente (yмное голосование), destinado a guiar a los votantes despistados para poder colocar correctamente su opción electoral; es decir esquivando las formaciones políticas parasitarias que fragmentaban el escrutinio, dirigiéndolo luego hacia la formación política dominante. De esa manera conseguían quitar votos al partido del poder Rusia Unitaria (ЕдинаяРоссия), abriendo brechas para introducir en la Administración diputados independientes que planteaban debates realmente importantes para el pueblo.

  • Pese a todo, Navalny nunca se mostró desanimado; se podría decir que sacaba fuerzas de la desesperación.

Sus programas en directo „Rusia del Futuro” (Россия будущего) fueron muy conocidos y debatidos en las redes sociales, sin ambargo, como él mismo reconoció varias veces, no significaban mucho ante lo que aún quedaba por lograr. El porcentaje general de internautas en Rusia, un país con más de 140 millones de habitantes, sigue siendo bajo y aún menos son aquellos con cierta cultura política que participan en los mítines. Del otro lado tenían a los propagandistas de radio, prensa y televisión, medios que, según muestran sus investigaciones, sirven al régimen de Putin, y que aprovechan todo lo que está a su alcance para mantener un duro control sobre el público desconectado del espacio virtual. Pese a todo, Navalny nunca se mostró desanimado; se podría decir que sacaba fuerzas de la desesperación.

Por eso el apoyo que manifestaban desde el exterior, en el momento de su detención,  las democracias extranjeras, dentro de Rusia se transformaba en otra cosa. Para millones de rusos conservadores Navalny representa lo que habían sido educados a repudiar visceralmente, un occidente con todo lo malo que, en su opinión, engloba: nazismo, amenaza norteamericana, liberalismo, homosexualismo, feminismo, transexualismo. No se equivocaban, por lo tanto, aquellos periodistas y comentaristas independientes rusos al considerar que en la cárcel a Navalny le podría llegar a ocurrir cualquier cosa. De momento, lo que podemos afirmar con cierta certeza es que Putin obtuvo lo que en ese momento buscaba: que Navalny, ese figurón, como le ha llamado, dejase de emitir en directo por un tiempo, mandándole lejos, a un segundo plano. Occidente completó el resto; sus intentos de auparle sólo alimentaron rechazo y odio en torno a su persona. Alexei Navalny, que estaba preparado para gobernar, ahora mismo es un vencido.

3 thoughts on “Alexei Navalny estaba preparado”

  1. Triste destino el de Rusia, abocada a repetir los mismos errores, sin encontrar su camino.

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.