Ruso Ucraniano Bielorruso
Una noticia circula estos días por el planeta -escribo esto a 25 de junio de 2023-, un planeta que, hoy por hoy, va como un ciego sin su Lázaro. Y la noticia es que Evgueny Prigozhin, el jefe de la Compañía Militar Privada “Wagner” se ha amotinado contra el Kremlin.
Poco se fiaría uno de los escrúpulos patrióticos de un mercenario aunque, quién sabe, quizás en esta etapa de su vida, después de haber hecho ya de todo y en varias partes del mundo, Prigozhin haya descubierto en su alma alguna sensibilidad por algo. No digo que no, pero sin embargo…
Desconfiaría uno asimismo del discurso de Vladímir Putin, repetido por trigésima vez, según el cual Rusia corre el mortal peligro de ser devorada por los implacables lobos occidentales, no porque no existiera dicha amenaza, sino por dicho ya tantas veces.
¿Hablaron entre ellos Putin y Prigozhin? No es preciso que lo hagan, ya que se conocen perfectamente y se entienden a distancia; calibran sus golpes sin tocarse directamente.
Prigozhin encontró una salida para abandonar la trampa donde se encontraba, mientras que Putin, ese gran maestro de farsas que le beneficien políticamente, volvió a recordar a los suyos, que empezaban a aburrirse, que la guerra está ahí, que el enemigo nazi sigue en pie y que es necesario continuar.
La intervención milagrosa del pacificador Lukashenko, que irrita a Putin más que Zelenski porque no le brinda ninguna excusa para tocarle los cojones (con perdón), salvó a todo el mundo: los rebeldes volvieron a su cartel, en Bielorrusia, como una tribu de cosacos desbandados. Muy ruso, bielorruso y ucraniano a la vez. ¡Y a alguien se le ocurrió la infeliz idea de separarlos!